En el marco del 40 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Argentina, el jurado SIGNIS anunció los reconocimientos que, cada año, destacan obras con una mirada humanista y profunda sobre la condición humana. Tras evaluar las doce películas en competencia internacional, el jurado concedió un premio principal y una mención especial a dos producciones que exploran, desde geografías y estilos distintos, las complejidades de la juventud, la vulnerabilidad y las decisiones que modelan una vida.
El Premio SIGNIS a la mejor película del festival recayó en Flood, una coproducción de Eslovaquia, República Checa, Polonia y Bélgica, dirigida por Martín Gonda. La cinta construye con precisión el retrato de una comunidad rural marcada por una crisis ambiental que empuja a sus habitantes hacia un conglomerado urbano. En medio de ese desplazamiento forzado, la joven protagonista, Mara, se enfrenta a la súbita discapacidad de su padre. Aunque su relación está atravesada por tensiones, ella asume su cuidado sin renunciar a su vocación ni a su deseo de emancipación. El jurado destacó que la película logra representar una síntesis poderosa entre fraternidad y libertad personal, encarnada en una protagonista que desafía las expectativas de su entorno y se mueve entre la lealtad familiar y la afirmación de su propio camino.
La Mención SIGNIS fue otorgada a La Gioia, del director italiano Nicolangelo Gelormini. El jurado subrayó la capacidad de la película para construir una narrativa sólida en torno a un adolescente que crece en un entorno familiar que vulnera sus derechos. En ese contexto, el vínculo inesperado con una profesora marcada por la soledad abre un espacio de reconocimiento mutuo que, sin embargo, no basta para redimirlos. Lejos de ofrecer soluciones simples, la película plantea una reflexión incisiva sobre las infancias desprotegidas y la responsabilidad colectiva frente a quienes crecen sin un sostén afectivo. Según el jurado, esta historia interpela de manera directa a la sociedad al evidenciar la urgencia de un compromiso real y sostenido con la niñez más relegada.
El jurado estuvo integrado por Carlos Ferraro (presidente), María Victoria Aulet y Adrián Baccaro. Sus decisiones colocan el foco en narrativas que exploran la vulnerabilidad, la resistencia y el sentido de responsabilidad en contextos de transformación social, recordando el papel del cine como espacio de memoria, cuestionamiento y sensibilidad frente a quienes viven en los márgenes.
